Fue en ocasión de una visita a la catedral de Narbona (Francia), organizada por el colegio “Cité de Narbona” para sus alumnos. El profesor a cargo de la “salida”, prohibió a los estudiantes persignarse. También les conminó a omitir cualquier otro gesto de veneración o adoración religiosas (como, por ejemplo, arrodillarse). Todo ello, aparentemente, so pena de recibir tres horas de castigo.

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