En las últimas semanas, con motivo de una conferencia que dicté -vía Internetsobre las ideas de Antonio Gramsci (1891-1937), varias personas me han planteado diversos interrogantes en torno a la acción psicológica, la revolución cultural (en el sentido gramsciano de la expresión) y la ingeniería social. Fenómenos, éstos, que son diferentes entre sí, pero que se encuentran recíproca e íntimamente vinculados. De hecho, los tres constituyen las piezas fundamentales de la -así llamada- psicopolítica.
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