A MODO DE INTROITO
Escribí el presente libro en calidad de simple (aunque afanoso) arkegueta, es decir, en mi carácter de aprendiz constante y, por eso mismo, de buscador, explorador y caminante, guiado por la pregunta existencial fundamental que nos enseñan los niños y los filósofos: ¿por qué? Me refiero al saludable hábito de interrogarse por la causa, la finalidad y el sentido de las cosas y los hechos (hábito, éste, que, a lo largo de la historia, ha sido deliberadamente atacado por los tiranos de todo pelaje). Es, básicamente, por todo esto que la presente obra posee un
carácter eminentemente ensayístico. La exploración emprendida me ha ocupado largas jornadas y robado muchas horas de sueño. En dicha travesía, he hecho los hallazgos que, de manera resumida, les comparto en este libro, junto con las consideraciones políticas y jurídicas que los mismos me han merecido, siguiendo el esquema analítico de un test de razonabilidad. Huelga aclarar que, al compartir dicho conjunto, lo someto enteramente a vuestro análisis, escrutinio y apreciación.
Se trata de un aporte que, de acuerdo con mis principios y convicciones más íntimos y caros, quiero efectuar al diálogo público. Diálogo vital, éste, por medio del cual los hombres descubrimos parcelas de la realidad, esclarecemos cuestiones, nos aproximamos a la Verdad, celebramos acuerdos y tomamos decisiones grupales y comunitarias. Un diálogo frente al cual, todo apartamiento, constituye una suerte de abdicación y toda mezquindad, una suerte de traición; ambas cosas, tan malas para uno mismo como para los demás. Un diálogo cuya eventual supresión o, peor aún, tergiversación, usurpación o falsificación constituye una suerte de agresión.